Por estos días de uno está pensando en sus negocios. En esos emprendimientos que quedaron congelados en el aislamiento. En los laburos de sus papás o familiares. Muchas cosas cambiarán en adelante: pero si algo ha enseñado la historia, es que de los días difíciles también salen grandes emprendimientos y proyectos.
En esta entrada de MPD, le pusimos el ojo a algunas de esas historias. Gente que se formó en días difíciles y que hoy es ejemplo en el mundo del emprendimiento. Aquí van cuatro historias coquetas y lo que podemos aprender de cada una para crear nuevas y mejoradas versiones de nosotr@s.
Jan Koum: lo que pasó detrás de WhatsApp
Seguro no lo conoces a él, pero sí a la empresa que fundó: WhatsApp. Sí, la app que nos ha dejado uno de los regalos digitales más valioso de la década: los stickers (y la posibilidad de hablar con los nuestros aunque estén lejos. Ahora bien, cuando empezó su vida laboral y estudiantil, Jan Koum no la tuvo fácil. Nació en Ucrania y cuando tenía 16 años se fue a vivir a Estados Unidos con su mamá. Al principio todo era hambre y necesidades. Vivían con ayudas del Gobierno.
¿Qué hizo Koum para enfrentar todo esto? Volverse un crack en eso que lo apasionaba: la programación. Estudió como un ñoño. A punta de estudio construyó la base de su vida laboral. Años después, se presentó a una vacante en en Facebook, pero… ¡lo rechazaron! Desempleado, aprovechó todo su tiempo libre para crear una app de mensajería para Iphone, sin pensar en que terminaría por conectar al mundo. Luego de un tiempo, Facebook, la empresa que lo rechazó como empleado, le compró la aplicación.
La lección de Koum: ser ñoño ante la dificultad. Ñoñera y estudio para enfrentar los días difíciles. No hay mal que dure cien años, ni Covid que lo resista.
Howard Schultz: a punta de café
Ahora es el Director Ejecutivo de Starbucks, la empresa de café que más tiendas tiene en el mundo. Prácticamente mueves un mueble y encuentras una tienda Starbucks debajo.
La expansión de esta marca tuvo que ver mucho con la gestión de su director, Howard Schultz. Lo que no sabes de él es que cuando pelado, al igual que Jan Koum, la tuvo de para arriba. En su casa nadie había estudiado, así que se buscó una meta como deportista para ir a la universidad, con tan mala suerte que resultó ser un atleta muy regular.
¿Qué hizo Schultz? sin financiación a la mano, trabajó en mil oficios, incluido el de barman, y hasta… vendió su sangre a entidades de donación. Nunca dejó de ir hacia donde quería. Básicamente se convirtió en un surfeador de problemas. Eso, hasta que llegó a una pequeña marca llamada Starbucks, que hoy en día es conocida en todo el mundo, gracias a él.
Lo que podemos aprender de Schultz: hay que ser tercos. Si los problemas aparecen en el camino, podemos estancarnos en el sufrimiento o podemos encontrar nuevas salidas, todo con tal de no detenernos.
Todo se derrumbó… dentro de Bill…
Ahora vemos a Bill Gates como un visionario y un ejemplo a seguir en los negocios. Incluso, fue de los primeros que alertó sobre una posible pandemia, como la que vivimos hoy.
Pero cuando estaba joven, no fue tan así… Su primera empresa, Traf-O-Data, analizaba y procesaba los datos de ciertas cintas de grabación. Este tipo de trabajo, que hoy está de moda con los científicos de datos, en su momento no se consideraba una gran cosa. La empresa tuvo un éxito limitado y luego cerró. Gates y su socio, Paul Allen, habían patinado juntos cuatro años, tratando de sacarla adelante. casi media década de tu juventud camellándole a algo que no va a reventar. ¡Qué frustración!
Pero no todo en Traf-O-Data fueron pérdidas o éxitos menores. En esa empresa, Allen y Gates entendieron cómo funcionaban los microprocesadores: una tecnología que les permitió fundar Windows, con el que Gates se tapó en plata.
Lo que nos enseñan Gates y Allen es que no todas las victorias son victorias totales, ni todos los fracasos son fracasos completos. Aún de los fracasos puedes aprender cosas valiosas para nuevos emprendimientos. La vida no se trata de acumular victorias, sino de acumular lecciones.
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La última historia es la tuya. ¿Qué es lo que puedes aprender de estos días? ¿Qué cosas mejorarás cuando todo vuelva a la “normalidad”? ¿Cuáles son esos frentes los que puedes empezar a emprender o mejorar tus manera de relacionarte con el trabajo, el estudio y los negocios? ¿Qué cosas puedes mejorar de ti mismo ahora? Ponte manos a la obra porque esto también pasará.