No importa la generación a la que pertenezcas… Si eres de los ochenta, tu mamá o papá debieron haberte sacado de las orejas, en frente de tus amig@s de barrio, mientras jugabas en algún sitio con maquinitas (grandes cajas de madera en las que jugabas pagando con monedas).
Si eres de los noventa o después de eso, seguro que en algún momento te escondieron el Nintendo, el Ultra 64, o el Play Station 1 (o en su defecto, te escondieron los juegos).
Si tuviste Atari 2600, no solamente viviste la emoción de esos juegos sofisticados para la época, sino que –además–, en estos momentos eres población en riesgo por COVID-19.
Es hora de admitirlo: en nuestra educación hay sentimientos encontrados sobre los videojuegos. Y no hay un juicio claro sobre ellos… Pero, queremos mostrarte cómo los videojuegos nos enseñan cosas que nos sirven en el mundo de la plata y en la vida misma. Estas son algunas de esas lecciones:
Resident Evil nos enseña a no acumular problemas (o deudas)
Consola: Play Station 1
A mediados de los noventa nació uno de los juegos más revolucionarios de todos los tiempos: Resident Evil. Llegó a las tiendas y con él, un mundo de zombies modelados por computador. En Colombia, el juego fue muy popular con su segunda entrega: Resident Evil 2, que cuenta la historia de León S. Kennedy y Claire Redfield, dos sobrevivientes de un apocalipsis zombie, que se abren paso entre lentos caminantes muertos y otras desdichas.
Una de las lecciones más importantes del juego, que tiene cabida en nuestra manera de lidiar con los problemas, es no acumular pendientes. En RE2 los zombies suelen ser lentos y acabar con ellos no requiere mucho esfuerzo. Pero cuando son varios, la dificultad aumenta. Mientras acabas con un zombie, te puede morder otro y así es muy difícil sobrevivir. Es así como León S. Kennedy nos sigue enseñando que a los zombies, como a las deudas y los problemas, hay que cogerlos corticos y de a uno.
Mario Bross nos invita a aprovechar la oportunidad que creímos perdida
Consola: NES (o Family, que llaman)
Una princesa es secuestrada por una especie de cruce entre dragón y tortuga punk llamada Bowser o Koopa. Por alguna razón que ignoramos, nadie de la realeza, ni los caballeros, ni los soldados, ni la corte, sale a rescatar a la princesa… solo el fontanero o plomero, que se llama Mario.
En su búsqueda, Mario atraviesa ocho mundos, en los que acaba con malévolos hongos, se tropieza con tortugas voladoras y se mete en una que otra tubería (porque es un fontanero). Al final de siete de los ocho mundos, Mario encuentra un hongo diciéndole que gracias, pero que la princesa no está ahí.
Por las limitaciones de la consola en la que se realizó, el avance en el juego original no se podía guardar. Lo podías pausar para ir al baño y rogar que tu mamá no lo desconectara mientras no estabas. Para hacer el tema más difícil, hay que decir que Mario tiene tres vidas originalmente. Y esto hacía aún más complejo este juego.
Sin embargo, había gente que lo pasaba en 40 minutos. Todo gracias a que el juego escondía atajos para saltarse mundos e ir directo por la princesa. En el segundo tablero del primer mundo, había una opción para ir a otros escenarios más adelante. ¿Quiénes aprendían esos atajos? Los que estaban atentos a las oportunidades escondidas, justo como hoy en los negocios. Las oportunidades están siempre ahí, solo que nunca están a la vista de todo el mundo. El que sabe observar, las aprovecha.
GoldenEye nos enseñó a ser asertivos
Antes de GoldenEye, en todos los juegos de disparo en primera persona, solo se debía dar de baja a los adversarios. Golden Eye, el videojuego sobre el mítico Agente 007 que nació para SEGA y luego se pudo jugar en Ultra 64 (el papá del Xbox), cambió eso, porque no se trata de dispararle a todo el mundo, sino de hacer una misión, como todo un espía. A veces esa misión consistía en encontrarse con alguien o en activar un interruptor. Este cambio de visión fue muy aplaudido en la industria, pero sobre todo, nos enseñó que el mejor jugador, así como quien sabe manejar mejor su plata, no es el que le dispara a todo, sino el que da en el blanco y hace con efectividad lo que tiene que hacer. En la vida real, quien aprende a ahorrar y a manejar la plata a su ritmo.
Fortnite nos enseña a gerenciar
La gracia de este juego es lograr ciertos objetivos en medio de obstáculos, zombies y un mundo adverso. Para lograrlo, muchas veces tienes que construir paredes, suelos, escaleras y techos de madera, piedra y acero, que te servirán también para ponerles obstáculos a tus enemigos. Tus recursos no son ilimitados y por eso, tienes que pensar muy bien cómo resolver cada situación. Si Golden Eye nos enseña a conseguir un objetivo, Fortnite, nos muestra que se debe planear y ser eficientes y proactivos. Además, el modo construcción del juego nos muestra cómo ser precavidos y mapear posibles riesgos. Ahí donde lo ves, Fortnite es un acercamiento a la gerencia, gestión del riesgo y resolución de conflictos para la vida.
Street Fighter, Tekken y Mortal Kombat nos enseñaron que debemos aprender del fracaso
Estos juegos estaban basados en pequeños rounds de peleas, uno a uno, con contrincantes que iban aumentando su nivel de fuerza o experiencia. Es decir, las primeras peleas eran muy fáciles de ganar. Pero luego se ponían más difíciles. Y cada vez que perdías una batalla, tenías que volver a comenzar desde cero.
Lo divertido de este juego era precisamente enfrentar ese momento (lleno de adrenalina) en el que peleabas con un contrincante que ponía al límite tu capacidad de juego. Perder una y otra vez, y luego volver a intentarlo, era lo más importante. ¿A qué hora fue que se nos olvidó el lado divertido del fracaso? En la vida financiera es súper importante aprender del error, intentarlo y perfeccionar tu estilo para tener una mejor relación con tu plata.
MineCraft nos enseña a administrar
Juegos como MineCraft (en el modo supervivencia) o SinCity, en los que puedes construir un emporio de la nada, son un referente de buena administración, inversiones inteligentes y recursividad.
En estos juegos empiezas con muy poco. Cada cosa tienes que ganártela (este juego pudo haber sido hecho por un papá regañón). Solo cuando consigues los recursos necesarios, puedes empezar a construir un lugar para ti. Mientras tanto, tienes que enfrentar amenazas propias del juego. Entre más avanzas, más cosas tienes.
Al final, MineCraft es una versión reducida de la vida. Arrancas, por lo general, con muy poco, pero con paciencia y esfuerzo, puedes lograr mucho… aún desde la nada. La constancia y el análisis son fundamentales para cumplir un objetivo.
The Last Of Us nos enseña a vender una historia, a convencer y convencerte de lo que puedes lograr
¿Qué podría aportarle al mundo de los gamers otro juego de zombies luego de Resident Evil y otras franquicias? Tal vez esa fue la pregunta que los fundadores de The Last Of Us se animaron a responder una y otra vez. Sin embargo, este videojuego que narra la historia de Joel, quien perdió a su hija el día que un virus se empezó a llevar al mundo abajo, y Ellie, una niña inmune a ese virus, ha ganado un lugar en el podio de la fama.
¿Cómo lo hizo? Más que dedicarse a matar zombies (aunque los de este juego no son técnicamente zombies), los creadores de esta historia llenaron a sus personajes con un trasfondo sentimental y biográfico. Crearon una historia épica en medio del apocalipsis, que atrapó a la gente que creía que el mundo de los muertos en vida carecía de humanidad. Es así como The Last Of Us nos enseña a vender una historia, a creer en nosotr@s mismos y en lo que somos capaces de lograr, a tener muy claros nuestros objetivos y trabajar de manera programada por cumplirlos.
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¿Te animas a probar uno de estos juegos? Recuerda que con tu Tarjeta Nequi puedes pagarlos para que pases un rato chévere, y aunque suene un poco extraño, ya ves que sí puedes aprender algo para tu vida.