Queremos que estos consejos te ayuden a mejorar los números de tus facturas, que tu presupuesto respire y te conectes más con los que tienes a tu alrededor!
Mamá: ¡Cierre esa nevera!
Hijo: ¿Pero quién se va a salir, el pollo?
Papá: Lleva más de una hora bañándose. ¿Se está bañando o cocinando? Le voy a apagar ese calentador…
Hija: Papiiii, noooo… Un minutico más, ya voyyyy .
Estos eran, no hace mucho tiempo, los diálogos más comunes de una mañana familiar. Nuestros papás nos insistían, casi a gritos (a veces con amenazas y chantajes), que le bajáramos al consumo.
Ahora que nos hemos encontrado de nuevo con nuestros espacios domésticos, ahora que los recibos suben de precio por el encierro, justo ahora cuando nos damos cuenta que necesitamos tener una mejor relación con el mundo… es necesario volver a escuchar los consejos que nos daban nuestros papás para ahorrar en casa.
Por eso, desde esa máquina del tiempo de la crianza en los 90 y en los principios del 2000, traemos para ustedes estos consejos:
Consejo # 1: ¡Qué hace ese celular todo el día conectado toooodo el día! ¿No son inalámbricos?
Es cierto que necesitamos el computador y el celular para mantenernos conectados con nuestros trabajos y profesores. Pero eso no significa que tengamos que cargarlos siempre. Carga tu compu y celu hasta que llegue a un 90% y solo vuélvelo a cargar cuando lo tengas en un 10%. Incluso esto cuidará las baterías para que te duren un tris más. Si quieres ir un poquito más allá, revisa cómo mantener la batería con el mejor rendimiento, como modo nocturno o de ahorro. Pero no lo dejes todo el día, pidiendo corriente y sumándole números al recibo de la luz.
Consejo # 2: ¿Ahora los “enchufes” vienen con cargadores o qué?
Cuando termines de cargar, o ver TV, desconecta todo lo que no uses, especialmente los cargadores, que tienen el pueden consumir energía en vano y aumentar también la factura :(.
Consejo # 3: ¿Qué hace tanto tiempo en la ducha? Si se va a sancochar, le presto la olla a presión.
En tiempos de estrés, la ducha puede ser un alivio. Nos ayuda a pensar ciertas cosas con más claridad. El problema es que las duchas demasiado largas pueden ser letales para el bolsillo y para el medio ambiente. Si te dedicas a ducharte (solo a ducharte), puedes lograr un baño completo en cinco minutos. Y con eso ahorras dos gastos: el del agua o el del gas (o el de la luz, si tu ducha es eléctrica). Y para relajarte, ¿qué tal si intentas con yoga?
Y hablando de ahorrar, mientras el agua se calienta, puedes poner un balde para recoger la fría que te puede servir para regar las matas.
Consejo #4: ¡No bote ese frasco que me sirve!
Reutiliza tanto como puedas. Comprar menos y ahorrar más te vendrá bien. Los frascos de vidrio te pueden servir para almacenar granos o salsas. Las camisetas viejas de algodón son muy buenas para limpiar ventanas y espejos. Las botellas de plástico se ven más lindas como materas que en la basura.
Consejo #5: ¡$500 por cada luz que dejes prendida!
Arma tus propias penitencias y convierte la cantaleta en algo lúdico. El que deje prendida la luz se encarga de una tarea difícil en la casa. O mejor: el que deje algo conectado innecesariamente, pone $500 en el Bolsillo de Nequi para pagar los servicios. Vas a ver que todos en la casa se ponen la diez con el ahorro: como dicen las mamás: ¡Santo remedio!
Consejo #6: ¿Con caprichos para la comida?
Antes de hacer mercado, mira bien tu despensa. ¿Cuáles son los alimentos que se te están quedando parqueados? Aprovecha internet para preparar recetas con esos ingredientes. Ese platanito negro como un carbón, sirve para hacer un pan riquísimo. Con el brócoli se puede hacer masa para pizza. ¡Que nada se desperdicie!
Consejo #7: Bueno, suelte esa vaina que vamos a estar en familia
Aunque no lo creas, los celu pueden durar horas, incluso días enteros prendidos, aún cuando no los utilizas. Si lo estás cargando más de tres veces por día, tal vez lo estás usando demasiado. Si vives en familia, por la noche deja a un lado el celu. Vean una serie juntos. Busca espacios para juegos de mesa o simplemente para hablar. Deja que el mundo y sus noticias pasen de largo por un par de horas. Escucha música, ponte al día con ese libro que te gusta mucho y para el que no tienes tiempo.