Es cierto, todos estamos cansados. Es verdad, ha sido un año de mucho quehacer. ¡Es imposible tapar el sol con los dedos! En diciembre bajamos la guardia, nos fresqueamos. Antes de pagar, ante el atisbo de nuestra conciencia, decimos cosas como ¡Pa eso trabajo! Y por ende, gastamos más. Nos vamos de largos con las comidas y las salidas. Destapamos las botellas más caras. Planeamos viajes lejanos. Le ponemos pausa a la costumbre de medir los gastos.
El problema es que 8 días despúes del 24 comienza un año nuevo y, si no se han hecho las cosas bien, podríamos vernos en problemas de plata.
¿Cómo hacer para que tener una feliz Navidad que incluya al bolsillo? Te dejamos algunos tips pero no te los vayas a beber: consúmelos con calma.
Planea
Aunque queden dos semanas del mes, aunque quede un día, planea tus gastos. Trata de decir cuánto gastarás y qué dejarás para el otro mes. Planear te da consciencia y límites. Los límites son hartos pero te protegen. Trata de poner un tope a lo que gastarás y verás cómo enero empieza mejor.
Revisa los precios como si fuera el 24… de enero
Todo lo que sube en diciembre, baja en enero. Eso mismo pasa con los precios. Muchos suben (tragos, salidas a comer o incluso cosas que quieres comprar pero que pueden esperar). Antes de comprar, revisa los precios y si tienes que esperar un poco, comprar menos o decir no, no te sientas mal. Tu yo del 2022 te lo agradecerá.
Gastos hormiga de Santa y gastos fantasma de la Navidad
A esos típicos gastos hormiga, de los que hemos hablado un montón de veces y que no son otra cosa que los pequeños gastos de los que no llevamos cuenta, se suman ahora los gastos fantasma. La suscripción a ese servicio de streaming del que no ves nada hace tres meses. El servicio premium de esa plata forma de cursos que no has terminado desde abril. Haz una lista de esos gastos y sal de ellos.
YOLO
Con tanto que ha pasado, existe una frase que nos visita en diciembres como estos “Solo se vive una vez”. Y es verdad, solo estamos en este mundo una vez, hasta donde sabemos. Pero mientras estemos, las navidades se viven cada 24 y 31. Y luego de ellas vienen otros meses, con otros retos. Muchas cosas se alcanzan a vivir varias veces en una vida y en todo caso, vivirlas a todo dar significa estar en el momento, compartir con quienes se vive, abrirse a la emoción de cada época: no necesariamente gastarlo todo como si no hubiera mañana.
La buena impresión
Cuando nos juntamos con nuestras familias, con panas de la u o del colegio o con uno que otro parche tóxico, suele invadirnos el deseo de dar una buena impresión, de mostrar que nos va bien. Y esto puede llevarnos a perder la razon y gastar demás en pintas, plata, comida, lujos, experiencia. Solo te diremos. Huye de esos gastos y de la gente que te hace gastar así. Que la Navidad te agarre donde puedas ser tú mism@
La prima como salida
Quienes trabajan por nómina están expuestos a la tentación de pensar en la prima como una salida a todos los problemas financieros. La triste verdad es que la prima no alcanza para todo, no es un un comodín que te permita tapar todos los huecos. Por eso, si tienes prima, trata de utilizarla (esta o la próxima vez, si se te hizo tarde) para invertir, para abrir otros caminos que te permitan ganar más plata y gastar más sin remordimientos.
No dejes de ahorrar
Por último, y como un ejercicio de disciplina, te recomendamos que en este diciembre, no dejes de ahorrar. Ahorrar te dará un sentido de futuro, te recordará que puedes ser alguien medido en tus gastos y esto evitará que pierdas el norte de tu bolsillo en diciembre.
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Por último recuerda: en realidad no es tu bolsillo quien merece ser feliz en las fiestas de fin de año, sino tú. Para serlo, no se necesitan tantos gastos. Compra con prudencia porque, como dice la Novena, la prudencia hace verdaderos sabios, date uno que otro lujo y garantizar que en enero no te quedes en los rines. Con eso, ya habrás logrado mucho.
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